reptiles
recorriendo esta lija siempre ardiente,
cautivos vencejos
sin poder posarnos en tierras de este patio,
miradas a ras de una ventana
contraria
a la puesta de sol en cada tarde,
húmedos
labriegos de sudor sin recompensa,
aturdidos poemas sin rotundo final para un amigo,
cobardes
para cantar las impiedades a golpe de disparo
y necios
como este suspiro cabalgado sin regreso.
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Jesús Arroyo ©
4 comentarios:
Pero sigue cabalgando buscando el horizonte donde dejar la semilla que genere luz azulada de los troncos de su vida.
un abrazo
Antonio
Noto un cambio en tu poesia. Me gusta.
Un abrazo chechu
Si se trata de esclavitud y cobardía, va a resultar que -al fin-me he convertido en poeta. Y toda la humanidad, me temo,
Un abrazo
Esclavos somos,es verdad, pero ya no seríamos capaces de vivir esa libertad que nos impida sentir también el placer de estar atados a ella.
Gracias por tu poema y la imagen que lo corona . ¿Me dejarás leer las hojas de tu árbol?.
Un abrazo emocionado.
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