Si hay guardia de comedor,
esconde el tenedor entre sus muslos.
Si la letrina es orden de asistencia,
asciende al tabique divisorio.
Si a las cuatro asoma un electrodo,
recuerda al hidalgo y sus molinos.
Si hay voz de enfermería,
da positivo en la cordura.
Aquí, entre ladrillos escritos con los dientes,
recupera sus cien calles.
Conoce los adoquines como nadie.
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Jesús Arroyo ©
6 comentarios:
Estás de lo más enigmático.
Un abrazo.
De cárceles vengo y me encierro en otra.
Con toda la masacre de un submundo que se vive en camiseta.
Mi proverbial torpeza me hace imposible entender este poema. Pero sí recibo un mensaje bastante angustioso, de soledad y de impotencia ante el ataque de la cordura. Durito, Jesús.
Un beso.
Ultimamente vagas mucho por los resquicios del desarro. Rondas hospitales, salas de urgencia, espero que todo esto no sea más que inspiración
Un abrazo
Carmen:
Noooo. Por???
Beso.
Manuel:
LO tendremos impreso en ella, muy pronto.
Abrazo.
Ana:
Y dices que no has entendido???
Besazo.
Sandra:
Hay algo que estoy preparando para un futuro. Letras, son letras.
Besito.
Qué bueno, Jesús.
Detectando el alma entre lo oscuro.
Besos.
Laura
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