Qué mejor comienzo para esta aventura que recordar a Don Isidro… Ayer, un joven despistado, de pasos rápidos y lenta sonrisa. Profesor de pluma directa, pausada, maestro de gramáticas incontables… Hoy, viejo profesor de literatura y por tanto SABIO.
Yo, discípulo envenenado por sus tres horas semanales. Ponzoña causante de esta afición a la letra que nunca será como la suya.
Gracias Don Isidro, gracias PROFESOR.
Yo, discípulo envenenado por sus tres horas semanales. Ponzoña causante de esta afición a la letra que nunca será como la suya.
Gracias Don Isidro, gracias PROFESOR.
2 comentarios:
Te felicitamos por este nuevo blog, donde esperamos que nos relates muchas cosas y nos muestres tu facilitad para hacer correr esos "caminos de tinta".
Por cierto, este artículo del "Profesor en mi recuerdo", nos ha traido el recuerdo de muchos/as maestros/as de la educación, del saber estar, del saber enseñar, que llenaron nuestros momentos desde la infancia, aquellos buenos profesores/as que nos animaron a estudiar y a los que en su día posiblemente no entendimos bien, pero que con el paso del tiempo hemos sabido valorar.
Un fuerte abrazo,
Ana y Víctor.
Gracias pareja:
Les debemos, sin caer en ello, tantas cosas a nuestros profesores...
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