viernes, 8 de agosto de 2008

DOCE HORAS HASTA EL PUEBLO


Queridos amigos:

Estamos de vacaciones y, de repente, me ha venido Manolín a la sesera, mi primer protagonista en las vacaciones de infancia.

Manolín, un asturiano “convencido y convincente”, tenía una pequeña empresa de autocares, para ser más exactos tenía dos autocares. El “coche” más nuevo era utilizado para llevarnos desde la madrileña plaza de Cristino Martos hasta Llano, pequeña aldea de Cangas del Narcea en Asturias. Salíamos, puntuales, a las siete de la mañana, llegábamos sobre las siete de la tarde y digo “sobre” porque podían ser las ocho, las nueve… ¿Por qué?

Hacíamos Madrid – Villacastín de tirón, pero, amigos míos, en Villacastín comenzaban los primeros apretones de agüita amarilla, normalmente, de alguna mujer charlatana que llevaba dando “la coña” con el me meo, me meo, desde Las Rozas (localidad periférica de Madrid). Se aprovechaba para primer café, primer copazo de aguardiente…(los mayores claro, tu te quedabas con el estómago vacío por si el mareo se acompañaba de algún síntoma más). Quince minutos y al autocar.

Dejábamos las provincias castellanas y entrábamos en la provincia de León (entonces existía Castilla la Vieja y no Castilla-León) y cruzábamos Ponferrada (segundo parón para agüitas fuera y llamada desde las cabinas telefónicas de alguna tierna rapaza que realizaba su primer viaje ¡mááááma!, estamos aquí y bien y muy importante, pastillita de biodramina para evitar el mareo que nunca se evitaba, salvo que Manolín…) para llegar a Villablino (Villaavelino le llamaban algunos) a comer filete con patatas (siempre era lo mismo). En tres cuartos de horas sentaditos, nuevamente, en el coche.

De esta población leonesa, llegábamos a Caboalles, último pueblo de León antes de ascender el puerto del Rañadoiro, frontera natural con Asturias. ¡Aquí comenzaba el infierno! Primeras curvas de ciento ochenta y… grados, primeros precipicios de tres pares de… en las curvas, medio autocar fuera de la carretera, tu madre rezando a la Santina (patrona de Asturias), tu padre fumándose un puro del tamaño de un estoque (único momento junto con la “BBC – bodas, bautizos y comuniones” en los que se fumaba un puro), a la salud de Manolín, la biodramina que comenzaba a no hacer efecto y uno, entre las curvas, los precipicios y el humo del puro de padre, comenzaba a sudar, a tiritar, a ver las caras borrosas… y de repente… ¡tachan! todos a gritar, a aplaudir y por los altavoces comenzaba música de gaitas y asturianadas. Habíamos llegado a territorio Astur.

Esto no era lo peor ¡no! lo peor era cuando Manolín se daba cuenta del mareo que un servidor llevaba y me decía… Jesusín, vente pa-cá ¡oh! (modo éste de dialecto astur y que quiere decir “Jesusín (diminutivo de Jesús) ven y siéntate en el asiento del copiloto, ya verás como se te quita el mareo) y, la verdad… era entrar en Asturias y desaparecer el mareo. La explicación es fácil. Comenzaba el descenso, Manolín a pisarle en las breves rectas existentes, yo… acongojado porque veía que llegaba la curva, precipicio a la derecha y…(madre mía de mi madre) el morro que se salía de la carretera. En la segunda curva tu estado de borrachera sin bebida, desaparecía por completo. Se había cambiado por tal acojone...

Al llegar abajo, cuarenta minutos de descenso, comenzaba el segundo capítulo del infierno… en cada pueblo, catorce antes de llegar al mío, parada para que alguna paisana o paisano, dejara caja de patatas con destino Cangas del Narcea o, aunque os suene a chiste juro que no lo es, señora enlutada con cesta y gallina a cuestas y es que… Manolín era buena persona, paraba a todo el mundo.

No creáis que esto termina aquí, ¡no! pero no quiero cansaros más, así que pongo el poema.

¡Felices vacaciones y hasta la vuelta!


***

Dedicado a Manolín



Se han terminado las clases,
silencioso queda el colegio.

Me marcho al pueblo.

Doce horas de camino
en este autocar siniestro.

Me marcho al pueblo.

Rectos caminos,
seca la tierra sin mal riego.

Me marcho al pueblo.

Manolo, para el coche enseguida,
que necesito hacer... esto.

Me marcho al pueblo.

Paso por Ponferrada,
en mi sangre ya lo siento.

Me marcho al pueblo.

Y por los lagos de Luna
quiero bajarme por verlos.

Me marcho al pueblo.

Una señal marca el puerto,
al Rañadoiro el ascenso.

Me marcho al pueblo.

Manolo, para el coche enseguida,
parece que me mareo.

Me marcho al pueblo.

La hierba seca cambiose
por prados de verde espeso.



Me marcho al pueblo.

Las vacas van por delante
con los rapaces muy tiernos.

Me marcho al pueblo

Sobrevolando los prados
veo parejas de cuervos.

Me marcho al pueblo.

Manolo, para el coche enseguida,
que hemos llegado a mi pueblo.


Jesús Arroyo
copyright Jesús Arroyo ©

13 comentarios:

Merce dijo...

Que diferencia con los viajes de ahora, recuerdo yo muy de niña, el trayecto Burgos-Murcia en un R-8 con el motor detrás, más de 12 horas...y desde Lerma, preguntando, ¿cuánto queda? ¿queda más o menos de lo que hemos hecho?...

Pásalo bien y disfruta...

Mónica dijo...

ohhh se te echará de menos.
Disfruta!!! (tu que puedes)

Аmanecer dijo...

Buen viaje Jesùs!!!
Disfruta tus vacaciones, y descansa,y empapate de tu pueblo.
Te echarè de menos!!
Nos vemos a tu regreso!!!

Besos y muchos màs.

Cynthia dijo...

volver.. recordar.. apreciar nuestras raices siempre es un mimo al corazon..

cariños

Sara dijo...

Que bonito Jesusín....jajajajja.

En serio jesús!!!bonitos recuerdos , bonito poema, bella fotografía que conozco muy bien!!!!esos parajes...y es que llegando a Asturias se pasa el mareo y se pasa todo!!!a mi lo que me aparece es una sensación de FELICIDAD al pisar mi tierra materna ASTURIAS que no te cuento!!!ya voy prontito para Llanes, me faltan 5 días...

Pasalo muy bien, disfruta y hasta la vuelta.
Un abrazo

Sibyla dijo...

Vaya peripecias y odiseas que tenías que pasar con Manolín!

Pero a que ahora te gusta recordarlo!
Tu poema muy en armonía con el tema viajero en ese autocar siniestro?

Un abrazo Jesús:)

Marta dijo...

Chechu
que felicidad, la de tus recuerdos, como me gusta viajar contigo.

deseo que tengas unas descansadas vacaciones, que de buen seguro que son merecidisimas.

mils de petonicos, sempre.

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

Todo cuanto cuentas, Jesús, yo lo he vivido, con pelos y señales pero en otra dirección, Madrid-Navalmoral de la Mata (Cáceres)y en una ocasión, transportando en la baca del autobús un féretro de pino para algún muerto moralo que lo necesitaba.
Un abrazo.

Lucía dijo...

Felices vacaciones!!!
Disfrútalas muchisimo
Besazos, miles.

Julio Castelló dijo...

Muy viva tu salpimentada descripción del 'viajecito'. ¡Qué europeos nos hemos vuelto...! Ahora, si te meas, te meas, y si quieres dejar una caja en Cangas del Narcea, la mandas por Seur.
Un abrazo estival.

monicalvarez dijo...

Recuerdo el sufrimiento por los mareos en un viaje de Zafra a Sevilla.Fue llegar a la parada y devolver todo lo que tenía en el estómago.Se me había olvidado tomar el medicamento especial para evitarlo.
Disfruta tus vacaciones
Saludos desde Chile

Jesús Arroyo dijo...

Amigos:
Gracias por vuestros comentarios. He regresado de las vacaciones con las pilas a media carga. Iré poniéndome al día.

Un abrazo a todas/os.

Mónica dijo...

Hola!!!! Que bien que has vuelto, a mí me queda esta semanita para por fiiiiiiiiin, tener vacaciones. Gracias por posar tus ojos en mi espacio