Se casaron y cinco meses antes de nacer Marga,
Lolo dejó este mundo bajo el puntal de una galería.
Siete clavos encendidos
prenden ya su corazón,
son las puntas con destino
de roca y negro carbón.
Un clavo por cada año
que al negro pozo bajó,
pulmones que respiraron
polvo por pan de ración.
Dejó vidas en el prado
tan solo por una razón;
una esposa embarazada
en un hueco de pensión.
Siete clavos encendidos
prenden ya su corazón,
sobre tierra siete rosas,
viuda de mina y carbón.
Jesús Arroyo
copyright Jesús Arroyo ©
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12 comentarios:
Ay Chechu.
Cuantos clavos y cuanto polvo por pan...
Siete clavos en el corazón, siete rosas dejadas por el amor.
Besazos miles y ahora más:)
PD: Sólo un silbidito ¿ vale?
Buenos días Jesusito de mi vida... maravilloso poema para el comenzar de mi día
Un besazo y buen finde
Te queremos Jesús no nos dejes.
un besazo y buen fin de semana
Lucía:
Tantas vidas quedaron enterradas en las minas, como tantas familias destrozadas.
Besos mil.
M.Angeles:
Pero no eres niño como yo, jejeje. Maravillosa tu página. Besos.
Mónica:
¡No! solo a ratitos, pero será temporal.
Un beso.
Hola Chechu! Bienvenido!
Siempre admiré a esos mineros que se juegan la vida cada día, y esas muertes inesperadas e injustas, sólo por querer dar el sustento necesario a la familia...
Precioso y merecido homenaje!
Besos:)
Qué de vidas atrapadas en la mina. No conozco un trabajo más terrible.
Triste y real poema, Jesús. Gran homenaje a los mineros que dan su vida por cuatro "chavos".
Cuídate.
Un beso.
Un triste poema, donde termina una esperanza...de una vida mejor.
Un sensible y merecido homenaje Jesùs!! Deseando te encuentres bièn!!
Besos y muchos màs.
Sibyla:
Inesperadas... Los mieneros siempre con la muerte presente y con la mente en otros asuntos.
Un beso.
Julio:
Esa es la palabra "TERRIBLE"
Abrazos poeta.
Malena:
Pocos mineros por afición, aunque alguno podría nombrar. Riesgos múltiples = dinero seguro.
Besos.
Amanecer:
En este caso... no fue mejor.
Un beso.
Querido Jesús:
Tienes la habilidad, que conviertes en arte, de dejar siempre en tus versos un fondo de amargura, de tristeza. ¡Qué dura la vida del minero! y ¡Qué dura su muerte!.
Bien venido y un abrazo.
Siento ese carbón y esa mina muy cercanas, hoy siento tu poema muy mio.
Muchos abrazos amigo
¡Bellísimo poema!
Siete clavos
como siete años de muerte
dentro del alma.
Siete rosas
como siete negros puñales
de tierra y carbón
dentro de su cuerpo.
Y, afuera,
en la negra luz del día,
bajo el agosto seco del sol,
germina una tierna mirada
en el vientre florecido
de una joven mujer solitaria.
Un abrazo
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