jueves, 23 de abril de 2009

DISPARO


Salieron, cañón de mi boca,
balas cargadas por memoria,
plomo endurecido de locura,
acero de templada histeria.

¿Qué perdón pedir
si cadáver el cuerpo mutilado?

La sinrazón es garra lapidaria,
tormenta libre sin aurora,
manicomio en mi ser,
lastre que hunde la ternura.

¿Qué caricia dar
si evaporado gas imperceptible?

No puedo recortar más estos cañones,
ni lamer mirillas escondidas,
solo puedo vagar rumbo a las sombras
y esconder, cobarde, mi postura.

Jesús Arroyo
copyright Jesús Arroyo ©

15 comentarios:

Adelina dijo...

A veces la ira nos hace desatarnos, la rabia contenida. Se suelen decir palabras de las que después nos arrepentimos.

Dicen que dejan huella, pero yo creo que se puede rectificar, y que quien nos conoce, puede perdonar y entender, sin necesidad de que vayamos a las sombras.

Un beso.

impersonem dijo...

Los primeros prontos... a veces son así... pero las sombras son una habitación oscura donde nada se soluciona...

Abrazos.

Lucía dijo...

Estoy de acuerdo con Sakkarah.
Algunas veces las palabras dañan y si no se dicen quizás el daño sea aún mayor...,no sé.
Si tengo claro que quien nos conoce de verdad, no nos dejará escondernos en la sombra, antes tiende la mano.
Pedir perdon no es tan malo y necesario a veces, da y se siente paz.
Besazos mil.

Malena dijo...

A veces nuestras palabras pueden hacer mucho más daño que un disparo con arma de fuego. Al igual que ellas hieren y hacen sangrar nuestra alma.

¡Feliz día del libro y de la rosa, Jesús!

Un beso.

Sol - Estaré siempre dijo...

Siempre digo que las palabras pueden lastimar y mucho.. por eso siempre hay que pensar mucho antes de lanzarlas aún estando heridos...
Un bello poema Jesús.. aprovecho para desearte un feliz dia de Saint Jordi.. ojala pudiera vivirlo hoy ahi.. recibir rosas y entregar libros!!!
Que bello.. espero recibas todo ese cariño!!!
Besos llenos de luz cielo!!!

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

Las palabras no salen de la boca, sino del alma y a veces es mejor conservarlas en el "almario" si se piensa que con ellas se puede hacer daño. Si las dejas volar,que sean mariposas mejor que ave rapaz.
Un abrazo.

Elsa dijo...

Muchas veces nos arrepentimos de lo dicho. Parece que el desahogo nos libera. Pero sólo es el instante después. Luego, el ruido es otro y a veces es difícil silenciarlo.

Un beso, Jesús.

PD: Gracias.

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

eson las palabras de terly...

Jesús Arroyo dijo...

A todos:
A veces, nuestras entrañas, por razones nada propias, se retuercen hasta hacernos gritar y es entonces, solo entonces, cuando, con ojos ciegos, la lucura se dispara sirviendo de arma nuestra palabra.
Dicen que es humano... yo no me lo creo.
Besos y abrazos.

Emilio dijo...

A veces hacen más daño las palabras que las balas.

Un abrazo, Jesús.

Mª Rosa Rodríguez Palomar dijo...

No puedo decir más de lo que se ha dicho y después de leer tu comentario creo que las palabras hieren y matan en algunos momentos, pero prefiero la palabra, siempre.

Un abrazo

© José A. Socorro-Noray dijo...

Siempre he pensado que el disparo de una palabra en el silencio es más mortífero que una bala asesina.

La última estrofa es magistral.

Un abrazo

Anna Francisca Rodas Iglesias dijo...

Cuando de esconder las posturas se trata es mejor morir una y mil veces fusilados por nuestras propias palabras...

Te abrazo fuerte en tu poesía.

Anna Francisca Rodas I.

Angeles Fernangómez dijo...

Buena balada de guerrero arrepentido, Jesús.
Un abrazo

Anónimo dijo...

echémosle valor, con un par, claro que sí