Oscuro portal, tremenda escalera,
baranda de hierro, peldaño en madera.
Bajo el edificio,
calle madrileña,
tahona de trigo,
dulces de manteca.
Oscuro portal, tremenda escalera,
baranda de hierro, peldaño en madera.
Doña Pilar
se asoma a la puerta
“Si no fueras tan bonito…”
me decía inquieta.
Oscuro portal, tremenda escalera,
baranda de hierro, peldaño en madera.
El tren de los mimos,
por santo o por seña,
bajaba yo un piso
a ver la maqueta
Oscuro portal, tremenda escalera,
baranda de hierro, peldaño en madera.
Y desde la calle,
balconada austera,
con el cañonazo
de una guerra eterna.
Oscuro portal, tremenda escalera,
baranda de hierro, peldaño en madera.
Mi casa en tercero…
tercero derecha
y a mi lado Obdulia
en el de la izquierda.
Oscuro portal, tremenda escalera,
baranda de hierro, peldaño en madera.
Y sobre mi casa
casi en la azotea
Lola, Angelines,
Maru es costurera.
Oscuro portal, tremenda escalera,
baranda de hierro, peldaño en madera.
Que recuerdos ¡padre!
vecinos amables de aquella escalera
en tertulias suaves…
noches veraniegas.
Oscuro portal, tremenda escalera,
baranda de hierro, peldaño en madera.
baranda de hierro, peldaño en madera.
Bajo el edificio,
calle madrileña,
tahona de trigo,
dulces de manteca.
Oscuro portal, tremenda escalera,
baranda de hierro, peldaño en madera.
Doña Pilar
se asoma a la puerta
“Si no fueras tan bonito…”
me decía inquieta.
Oscuro portal, tremenda escalera,
baranda de hierro, peldaño en madera.
El tren de los mimos,
por santo o por seña,
bajaba yo un piso
a ver la maqueta
Oscuro portal, tremenda escalera,
baranda de hierro, peldaño en madera.
Y desde la calle,
balconada austera,
con el cañonazo
de una guerra eterna.
Oscuro portal, tremenda escalera,
baranda de hierro, peldaño en madera.
Mi casa en tercero…
tercero derecha
y a mi lado Obdulia
en el de la izquierda.
Oscuro portal, tremenda escalera,
baranda de hierro, peldaño en madera.
Y sobre mi casa
casi en la azotea
Lola, Angelines,
Maru es costurera.
Oscuro portal, tremenda escalera,
baranda de hierro, peldaño en madera.
Que recuerdos ¡padre!
vecinos amables de aquella escalera
en tertulias suaves…
noches veraniegas.
Oscuro portal, tremenda escalera,
baranda de hierro, peldaño en madera.
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Jesús Arroyo
copyright Jesús Arroyo ©
copyright Jesús Arroyo ©
14 comentarios:
Escribes precioso...
Cuando puedas pásate por mi blog, que hay algo para ti.
Un beso.
Un dulce poema por llevar tantos recuerdos que son hermosos para tí. Puede que la escalera fuera oscura, de madera o de lo que quieras, pero era tu escalera y así la recordarás siempre.
Me ha encantado este poema, Jesús.
Besos y rosas.
Qué evocador poema y la foto también.
Recuerdo esos zaguanes frescos y oscuros y esas tremendas escaleras sin ascensor o con uno renqueante de bella factura.
¿Te veo en Lleida?, poeta
Un abrazo, Chechu
Sakkarah:
Muchas gracias. He visto el premio y... ¡es verbo!
Besazos.
Malena:
Bueno, era oscura, pero tenía vida propia. Ahora, las escaleras de vecinos, son como hielo.
Besos.
Tesa:
No, no puedo ir porque tengo que estar en Asturias.
Ya me contaréis. Saldrá a la perfección.
Besazos y, espero, que el III sea posible.
Jesús; recuerdo esas escaleras, crujiente como lamentos cuando la pisas, blanca la madera de los peldaños de tanta lejía, la de la barandilla, despintada y carcomida, y un hilo tenue de luz penetrando por la claraboya y en la calle el blanco y negro de una posguerra.
Como ves, recuerdos parecidos.
Me ha encantado tu poema, Jesús.
Un abrazo.
Terly:
¿Vivíamos en el mismo barrio?
No puede ser, te conocería. Serías una de aquellas vivas personas que dialogaban en noches de verano, sentados en una silla de su cocina, entre la corriente del portal.
Sin embargo, viviendo en diferentes puntos de esta España mia, esa España nuestra, te conozco porque hemos vivido de similar manera.
Un fuerte abrazo desde el portal de mi casa. La tuya.
Que bonita!!!!es poesia popular, del populi....que bonito homenaje le haces a tu primer hogar, allá en el castizo Madrid, es muy muy guapa, sencilla pero entrañable y que de sentimientos encerrará....¡me imagino!
Un abrazote
Precioso poema sobre tu escalera, entrañables recuerdos, imborrables recuerdos donde habitan gentes de bien.
Abrazos.
Excelente poema colmado de recuerdos que todavía continúan vivos en ti.
Hoy la vida no existe en aquellas escaleras.
Un abrazo
Todas las vivencias de los primeros años por estas tierras, encerrados en esa escalera...
Recuerdos de un ayer encerrados en el corazón y la memoria.
¡¡Precioso Chechu!!
Besazos mil.
Qué ritmo tan marcado tiene este poema tuyo, hablando de esa materia de la que se nutren los recuerdos, las vivencias, los lugares, los olores, las caras y las voces.
Un beso
Me gustó tu espacio, tiene calidez, seguiréa pasando si me lo permites!
Un beso
Sara:
Pues los sentimientos, todos, de mi primera niñez. Mis abuelos paternos, la amistad vecinal, la plaza...
Besos.
Impersonem:
Pues sí. Esos primeros recuerdos que, hoy, parecen simples, pero marcan a una persona.
Un abrazo.
Noray:
¡Cierto! Ya no existe la convivencia vecinal. Durante los últimos 20 años me cruzo con vecinos que no conozco... Ellos a mi, tampoco.
Abrazos.
Lucía:
Y quien no tiene esos recuerdos tan entrañables...
Besos mil.
Shikilla:
Eso es lo que un niño observa y memoriza para, de adulto, sonreir.
Un beso, guapa.
Colo:
Estás en tu casa, pero si te vienes a tomar café, dímelo antes para poner mantel de hilo.
Saludos.
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