Se encargan de poner las cosas en su sitio,
de componer sinfonías para el baile,
de enmudecer al mundo cuando mira,
al
ciego cuando habla.
Se ocupan de ponernos aroma en el bolsillo
y colonia en las cloacas,
el dinero se queda para campos
que, entre todos, regamos a dos aguas.
No miran a desiertos donde habitan
los ojos siempre tristes de los niños,
barrigas inflamadas por el hambre,
fusiles de carga sin descarga.
paseando por hoyo diecisiete
sin sombra de garrote hacia sus dorsos,
con palio de prensa sobre calvas.
Mientras duermen su siesta de satenes,
nosotros miramos donde viven
y morimos de envidia a cuatro voces…
preferimos
admirar sus adoquines.
Me pregunto quien peca en esta vida…
Jesús
Arroyo
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Jesús Arroyo ©
6 comentarios:
Familia:
Ya estamos de regreso.
Abrazos y besos.
“Quién no haya pecado nunca que tire la primera piedra.” Creo que, en este caso, Jesús, es la mejor respuesta a la pregunta que planteas. Interesante poema, real, y con el olor a esa esencia tan desagradable que tod@s conocemos.
Bienvenido a casa, te echábamos de menos. Cómo me gustan los rencuentros…
Besos y abrazos.
Una versada reflexión, me gusta, sin intrincados senderos.
Bienvenido, un saludo.
Guau. Qué poemazo de regreso.
El último verso es un remate perfecto.
Un besazo.
"Yo, pecador, me confieso..." Pero confesar mis pecados no supone que tolere ni perdone los pecados infinitamente más graves de quienes están a cargo del mundo.
Ellos nos dicen "todos tenemos culpa" y en ese todos, diluyen y disimulan la principal culpa que es la suya.
A mayor responsabilidad, mayor culpa. ¡Vamos a por el cáncer grave y ya veremos qué hacemos después con el catarro!
M. Carmen:
Gracias por el mensaje y esa bienvenida tan especial.
Besos.
Ramón:
Sendero recto, aunque muchos quieran tapar el horizonte.
Abrazo.
Laura:
Amiga, tú eres la que escribes en veros perfecto.
Un besazo.
Enrique:
Yo pecador, me confieso y señalo con el dedo.
Abrazos fuertes.
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