domingo, 19 de mayo de 2013

Cien calles


Si hay guardia de comedor,
esconde el tenedor entre sus muslos.

Si la letrina es orden de asistencia,
asciende al tabique divisorio.

Si a las cuatro asoma un electrodo,
recuerda al hidalgo y sus molinos.

Si hay voz de enfermería,
da positivo en la cordura.

Aquí, entre ladrillos escritos con los dientes,
recupera sus cien calles.
Conoce los adoquines como nadie.

copyright Jesús Arroyo ©

 

6 comentarios:

carmen jiménez dijo...

Estás de lo más enigmático.
Un abrazo.

Manuel dijo...

De cárceles vengo y me encierro en otra.

Con toda la masacre de un submundo que se vive en camiseta.

La Solateras dijo...

Mi proverbial torpeza me hace imposible entender este poema. Pero sí recibo un mensaje bastante angustioso, de soledad y de impotencia ante el ataque de la cordura. Durito, Jesús.

Un beso.

Sandra Garrido dijo...

Ultimamente vagas mucho por los resquicios del desarro. Rondas hospitales, salas de urgencia, espero que todo esto no sea más que inspiración

Un abrazo

Jesús Arroyo dijo...

Carmen:
Noooo. Por???
Beso.

Manuel:
LO tendremos impreso en ella, muy pronto.
Abrazo.

Ana:
Y dices que no has entendido???
Besazo.

Sandra:
Hay algo que estoy preparando para un futuro. Letras, son letras.
Besito.

Laura Gómez Recas dijo...

Qué bueno, Jesús.

Detectando el alma entre lo oscuro.

Besos.
Laura