Estos pequeños versos son para un primo que se fue por culpa de la carretera. Una persona amante de su Asturias y tradiciones. En las aldeas de Asturias a nadie se le conoce por su apellido, "Penas" es el seudónimo de la casa, el apodo familiar.
A la virgen del Acebo
suben romeros cantando,
sus gaitas, rojas y negras,
cuesta arriba van sonando.
En la puerta de la ermita
esperó primo José,
fue con traje de domingo
y madreñas en sus pies.
José de “Penas” ha muerto,
no le volverás a ver
ni en la virgen del Acebo,
ni por Cangas otra vez.
En el Acebo quedaron
unos trigales sin mies,
quedó un amigo llorando
quedó Cangas sin José.
= = =
Chechu Arroyo
copyright Chechu Arroyo ©
3 comentarios:
La muerte cuando no avisa es terriblemente cruel...
Un saludo
Dura y cruel, si. Debería ser algo natural ¿verdad? pero no estamos preparados.
Gracias por leerme.
La muerte siempre es dura, pero es bonito recordar a las personas, más aún cuando es con un bonito poema.
Saludos,
Ana y Víctor.
Publicar un comentario