lunes, 25 de febrero de 2008

SIN HUELLA


Levanté el pie de la arena
quedando agua en la huella
y yo me dije…
¿no será esta escultura eterna?

¡Nunca! ¡Incierta reflexión!
dijo una voz a mi espalda.
No me volví por los miedos
de encontrarme sin razón.

Huí de la playa blanca
como un corcel a galope
no fuera que aquella huella
se borrara con el agua.

= = =


Chechu Arroyo
copyright Chechu Arroyo ©

12 comentarios:

Maribel Sánchez dijo...

Se pueden borrar las huellas, si, el agua se encarga de ello si son en la arena, pero hay huellas, como la tuya, las que andas dejando en tus letras, que esas no, esas no se borran.

Apa he dicho.

Besazo

david santos dijo...

Hola, Chechu!
Me encanto tu poema y el conjunto con la imagene!
Belo! Gracias.

Sibyla dijo...

Hola Chechu!
Como dice Maribel hay huellas que no se borran, como tus poemas, o como
las que están grabadas en el alma.

Un abrazo:)

Fernanda Irene dijo...

Hay huellas imposibles de borrar, se quedan tatuadas en el corazón de forma indeleble.

Bonito poema, como siempre.

Abrazos

Irene

Jesús Arroyo dijo...

Maribel, Sibyla e Irene:
¿Qué deciros? Con personas como vosotras es agradable seguir escribiendo.
Gracias y mil besos.

David:
Gracias por leerme. ¡nos conoceremos!

Sandra Garrido dijo...

Si esa huella está grabada a fuego en corazón, nunca se borrará.

un abrazo, ya te echaba de menos.

María Narro dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
María Narro dijo...

siempre habrá huellas y es bueno que las haya.

un beso.

Jesús Arroyo dijo...

Sandra:
Momentos, son momentos...
Un besazo

María:
¿A que no hay un mundo sin huellas?
Besos mil.

Lucía dijo...

Por poquito que duren, la huellas sobre la arena de la playa, siempre
tienen un momento de vida.hasta que la ola las borra.

¿Las borra? ¿ O las lleva, allí entre sus aguas, para siempre?.

Besos, como siempre.

Mª Rosa Rodríguez Palomar dijo...

Hay una huella que es eterna, la que no tiene edad, ni espacio, y sus coordenadas son las que quiera nuestra memoria. Las que dejas en la arena nunca te alcanzan, pero las otras caminan contigo siempre.

Por todo lo que en su día dejó esa huella dulce en mi memoria, te doy las gracias, porque este poema las ha revivido.

Jesús Arroyo dijo...

Shiki:
Gracias a tí ¡siempre! por ser como eres, aunque seas colchonera.