Allí quietos, anclados en el día, en el presente repleto de dudas. Un presente que se hace futuro cada noche. Unas noches de sinceras seguridades.
Se conocen desde hace tantos años que podrían comunicarse de espaldas, pero… como supremos guardas y líderes, han de resguardarse de ajenas palabras vulgares, de comentarios inapropiados, de posibles fotografías rosáceas y mentirosos artículos, de grabaciones vendidas a precio de oro. Y ellos, firmes, tersos, callados, mirando a ambos lados de un mundo en movimiento, sin que nadie se percate, ni siquiera el personal de correos que cada día pasa por su portal, ni los caballeros de gorra azul, ni las párvulas a ricas damas que, frente a ellos, rellenan mil y una agendas en brazos de jueces y banqueros.
Y llega la noche con su cielo de escondite, aquella oscuridad les da alas y vida. Descienden de su cúspide a la vida real. Se saludan como creen oportuno y ascendiendo por Sevilla cruzan Alcalá para llegar a Gran Vía. Se desmelenan paseando por Clavel y Barbieri hasta Chueca. Llegan los primeros lengüetazos apasionados, las caricias bajan y suben por lomos musculosos. Ya miran en una misma dirección olvidándose de mundos etiquetados. Buscan el rincón de cada luna, el refugio donde, tras unos escalones, dar rienda suelta a su selvática naturaleza. Abren la puerta de un loft blanco, una habitación doble con cama Queen les espera silenciosa. Ellos se sienten desnudos, se meten en la bañera de hidromasaje para relajar sus cuerpos vigorosos y tras secarse, a cuatro patas vuelven a mojarse entre pétalos secos de violeta africana y alfombras persas.
Más tarde, el vacío espacio del dormitorio se llena con Somebody to Love en la voz de Farrokh Bulsara. Es hora de regresar. Se atusan sus melenas mientras descienden por las calles sombrías en busca de algún local abierto para desayunar un poco de carne, más carne, diferente carne. Tal vez Acuarela esté abierto.
Antes de que el dorado sol asome sobre el edificio de Telefónica, regresan a su armario para cerrar las puertas. Ese armario convertido en pedestal y ellos, nuevamente, vuelvan a ser Benavides y Malospelos, los mismos leones que cada mañana, cuando Antonio el barrendero arrastre los restos de la noche a la altura del Congreso, les vea tan puros y bronceados como de costumbre.
Se conocen desde hace tantos años que podrían comunicarse de espaldas, pero… como supremos guardas y líderes, han de resguardarse de ajenas palabras vulgares, de comentarios inapropiados, de posibles fotografías rosáceas y mentirosos artículos, de grabaciones vendidas a precio de oro. Y ellos, firmes, tersos, callados, mirando a ambos lados de un mundo en movimiento, sin que nadie se percate, ni siquiera el personal de correos que cada día pasa por su portal, ni los caballeros de gorra azul, ni las párvulas a ricas damas que, frente a ellos, rellenan mil y una agendas en brazos de jueces y banqueros.
Y llega la noche con su cielo de escondite, aquella oscuridad les da alas y vida. Descienden de su cúspide a la vida real. Se saludan como creen oportuno y ascendiendo por Sevilla cruzan Alcalá para llegar a Gran Vía. Se desmelenan paseando por Clavel y Barbieri hasta Chueca. Llegan los primeros lengüetazos apasionados, las caricias bajan y suben por lomos musculosos. Ya miran en una misma dirección olvidándose de mundos etiquetados. Buscan el rincón de cada luna, el refugio donde, tras unos escalones, dar rienda suelta a su selvática naturaleza. Abren la puerta de un loft blanco, una habitación doble con cama Queen les espera silenciosa. Ellos se sienten desnudos, se meten en la bañera de hidromasaje para relajar sus cuerpos vigorosos y tras secarse, a cuatro patas vuelven a mojarse entre pétalos secos de violeta africana y alfombras persas.
Más tarde, el vacío espacio del dormitorio se llena con Somebody to Love en la voz de Farrokh Bulsara. Es hora de regresar. Se atusan sus melenas mientras descienden por las calles sombrías en busca de algún local abierto para desayunar un poco de carne, más carne, diferente carne. Tal vez Acuarela esté abierto.
Antes de que el dorado sol asome sobre el edificio de Telefónica, regresan a su armario para cerrar las puertas. Ese armario convertido en pedestal y ellos, nuevamente, vuelvan a ser Benavides y Malospelos, los mismos leones que cada mañana, cuando Antonio el barrendero arrastre los restos de la noche a la altura del Congreso, les vea tan puros y bronceados como de costumbre.
Jesús Arroyo
copyright Jesús Arroyo ©
copyright Jesús Arroyo ©
28 comentarios:
la verdad es que no se les nota nada, parecen estatuas, qué talento para la inmovilidad
No me extraña que se metan en la bañera todas las noches... tanto sobeteo de turistas, les tiene que dejar el pelo hecho un asquito... ;-)
Has construido un precioso relato.
Y están allí inmoviles, impolutos, aunque sólo puedan salir de su armario de noche.
Antonio los verá al otro día bronceados y puros:)
Besazos miles.
Me ha gustado mucho...Y la música en la que se ambientaron.
Un beso.
Que bellísimo relato y que imaginación has desplegado en el.
Mejor ni preguntar como van las cosas... porque no van bien.
Un saludo Jesús y gracias por esa pregunta.
el título es genial para una especie de relato que te ha quedado Jesí redondo.
Un placer siempre lerte
Amor:
¿Sabes? Esos mimos que nos encontramos en las céntricas calles de las ciudades, esas estatuas humanas... aprendieron la técnica del "clavado" de los amigos de Antonio.
Gracias por estar aquí.
Merce:
Hablarte a tí de melenas... jejeje. Luego lo arreglan con sus sobeteos de loft.
Besos.
Lucía:
Sí, allí, conociéndose desde que eran cañones. ¿No es como la leyenda de la princesa petrificada?
Besos mil.
Sakkarah:
Digamos que "lo rosa" de Madrid lo tienen muy cerquita.
Gracias por visitarme.
Pizarr:
Esa imaginación es salvadora de tantas cosas, de tantos momentos...
Un abrazo y el camino sigue ¡recuerdalo!
M.Ángeles:
El placer es mio al saber que personas como tú pasáis por estas letras que, entre cristales, intentan salir cada día.
Besos y besos.
Pues antes de que Antonio regrese tendrán que dar muchas explicaciones? va a ser que no, que ninguna, ya que les queda todo el tiempo del mundo para explicar ese talento, ese saber estar quieto, inerte, como alejado del mundo, atrapados en otro tiempo, en otro espacio.Hay algunos que son auténticos ARTISTAS con mayúsculas.
Que relato bonito.
Un abrazote
Ni por un momento pensé en los leones asentados en la puerta del Congreso.
Me he llevado una sorpresa! Cómo sabes fabular, con lo de Chueca me has despistado...
Me ha gustado mucho todo el relato!
Un abrazo querido amigo:)
Sara:
Cuando pases por su puerta, mírales a los ojos. ¡Te dirán algo!
Un beso.
Sibyla:
Es que lo tienen muy cerquita... aunque eso sea lo de menos.
Besos guapi.
Me gustó bastante, vida ajetreada la suya
Una vez escribí un cuento por encargo para el Congreso, un cuento que regalarían a los niños cuando van a visitarlo. Ya lo había hecho con éxito para la Asamblea de Madrid.
Como el tema era contarles que se hace allí, también se me ocurrió hacer de los dos leones unos adorables desmelenados que sólo los niños podían ver y que los turistas echaban de menos, y que volvían y desaparecían de sus pedestales con mucha gracia, para locura de la policía y complicidad de los peques.
El cuento, aprobado y pagado, cayó en manos del señor Trillo, que dijo que no era serio. No podía entender la fantasía, quería que fuera un diputado que iba a un pueblo y les contaba a los niños que hacía. ¿No es increíble?
Por hacerle un favor a quien me lo había encargado, escribí otro con las directrices del señor Trillo, era tan horrendo y ladrillo, que prohibí que saliera mi nombre. Aunque al protagonista le puse "el diputado Morales"
Tu estupendo relato me ha recordado esa pequeña aventura.
Ah, es para mí un honor que una de mis fotos te recuerde un poco a tu amigo el pintor, que eso sí es arte del bueno.
Muchos besos, Chechu.
Migul:
Como la de cualquier felino. Ya sabes como son estos gatitos. Noche y solo noche.
Un saludo.
Tesa:
¿Morales? ¿Diputado Morales? Haberle bautizado Sr. Burrul. Trillo lo que quería era que separaras el grano de la paja creyéndose que el grano entregado era paja. Poca sesera el tío.
Muchos besos artistaza.
Perfecto enlace de palabras con letras
besos sin alcanzarte
Buena imaginación la tuya, un cuento que parece y no es...o que es y no lo parece. Esa técnica del clavado que apuntas me vendría bien en algunas reuniones de trabajo que son verdaderos coñazos, mis piernas que van por libre no paran de cruzarse y descruzarse!! jajaja
Un beso
Mucha:
Pobre de mi (jeje) cuando me falten las palabras...
Saludos.
Shikilla:
Hola pequeña desaparecida. Menos mal qe ha sido por la causa de las causas. Ahora, "aplícate el cuento" de la Hospedería ¿vale?
Para saber si lo es o lo parece... hay que ir de madrugada a las puertas del Congreso. Todo dependerá de lo que encuentres en los pedestales.
Besazos.
Toma, eso sí que es saber dar vida Chchu. Alucinante. Si hasta uno puede confundirse y sentir el pálpito.
Un fuerte abrazo.
Tienen tus textos, la magia de llevar la imaginaciòn, màs allà de las palabras!!
Has de tener una hermosa fuente de inspiraciòn :D
Besos y muchos màs.
Inmóviles, petrificados, ante la mirada de algunos....
Pero no ante la de ellos mismos!!!
Ellos viven y se encuentran y disfrutan antes de que Antonio llegue!!!
Besos llenos de luz cielo!!!
Miguel:
¡No! no te confundas jejeje. Ahora dime en serio si a ti no te parece que estén vivos.
Un abrazote.
Amanecer:
La fuente existe, pero creo que es cuestión de, todas las mañanas, darte el gustazo de popnerte delante del folio. Siempre sale algo.
Un beso.
Sol:
Inmóviles ante este mundo frío. Otra cosa son ellos dos.
Besos a tí.
Precioso relato, Jesús. Siempre me han fascinado con su quietud y cuando los veo mi pregunta siempre es la misma ¿Qué estará pasando en este momento por su mente? porque nunca he creido que ésta la tengan igual de inmóvil.
Felicidades por haber sabido hacer un relato tan bonito de este tema.
Terly:
Siempre me ha parecido que tenían vida propia. No deja de ser un relato más de los monumentos de esta rica España y, en particular, de este Madrid. Todos me dicen... "¡Eh! mirame, estoy aquí, vivo"
Un cariñoso abrazo y buen fin de semana.
Jesús ahora al antiguo edificio de Telefónica le llaman -Ambiciones- y los leones se han quedado un tanto afeminados, quizás sea el ambiente...fundidos de los antiguos cañones, de soldados en alpargatas con un gorrito de preso y una manta de borra...que le vamos a hacer la vida evoluciona hacia el desastre total...si tenemos suerte lo veremos...y nosotros con estos pelos...un abrazo de azpeitia
Azpeitia:
¡No creas! La vida evoluciona hacia futuros abiertos, hacia sentencias de horizontes blancos y como siempre, el paso dado es el que hace sangre en el presente. Mañana ya veremos.
Un fuerte abrazo.
Felicidades por ese premio, Jesús.
Un fuerte abrazo.
Gracias, amigo Emilio, muchas gracias.
Enhorabuena, Jesús.
No lo había leído en su día :-((
Me ha gustado muchísimo.
Besazos.
Gracias Elsa, muchas gracias.
Publicar un comentario