lunes, 23 de febrero de 2009

RABACÉIROS


Descender estos seis escalones es aterrizar sobre tierra húmeda, rica… viva. La huella que el manzano dejó, está cargada de tomateras alineadas y una pared de leña cortada hace de parapeto. Huelo esa esencia verde y fresca. Junto a la fachada de la casona, con la mano izquierda apoyada en siglos de historia familiar, llego al corral, mis pies han ido rozando ramilletes multicolores de hortensias. Las vacas, silenciosas, me miran extrañadas. Hay una, la más descarada, que se atreve a darme un breve empujón con el hocico mientras una gallina histérica salta cacareando hasta guarecerse bajo el hórreo. Galana, pone su collar de cuero negro. Mi tío siempre acostumbró a ponerles el nombre en el collar… resulta gracioso porque solo han existido ocho nombres… Galana, Rubia, Mora, Gallarda, Pinta, Blanca, Castaña y Romera. Se vendía a Mora en feria y la siguiente ternera que compraba tenía que ser oscura para ponerle el mismo nombre. Ahora resulta que hay un estudio de la Universidad de Newcastle donde científicos aseguran que llamar a las vacas por su nombre aumenta la producción de leche. Si esto lo hubiera sabido mi bisabuelo, con lo negociante que era, estoy seguro que hoy las vacas tendrían, aparte del nombre, dos apellidos compuestos.

Llego al portón de abajo, ese que siempre se cerraba en la matanza para que el futuro tocinillo de cuatro patas, intuyendo lo que se le venía encima, no cogiera las de Villadiego… Salgo a Rabacéiros.

Rabacéiros es esa huerta que toda casa astur gusta tener. No les sirve, como en otras regiones, con cuatro metros cuadrados de patatas y otros tantos de lechuga y judía verde, ¡no! Son exagerados hasta para esto, luego dicen de los andaluces…. Las patatas por hectáreas que luego hay que vender y mandar a Madrid, y claro, no solo se utilizaban para eso. El primo que venía de Argentina, se llevaba patatas y el que se marchaba a Suiza, un pantalón zurcido, una vieja camisa del güelo y tres cajas de patatas. Recuerdo que comían patacas, como aquí les llaman, hasta los cerdos. Judías verdes, tomates, lechugas, coliflores y un sinfín de hortalizas más en otra hectárea y ¡ojo! esto si era para consumo y para llevar a Cangas, al mercado de los sábados. Un poco de remolacha para los gochos y maíz, maíz y más maíz para las vacas, tanto maíz que los guajes jugábamos al escondite en los maizales, bueno, al escondite hasta los doce años, después, el maizal servía para ir entablando y encajando algunas amistades con rapacinas en época de fiestas patronales… y, lo sagrado, un buen puñado de tierra para tener berzas, que los caldos y potes sin berzas son como los jardines sin flores.

Al final de Rabacéiros, un prado virgen. Un manantial cruza vergonzoso separando el prado en dos y, allí, en la cuesta pina, un depósito de cemento y musgo nos servía para los chapuzones veraniegos. Recuerdo que, misteriosamente, siempre aparecían algunas ranas despistadas, sapines decía mi abuela, que a finales de verano desaparecían dejando miles de renacuajos en sus aguas.

Me voy a sentar aquí, hace una mañana soleada y me apetece leer a Alejandro Casona. Será que tira tanto esta tierra que hasta apetece leer al nacido en este concejo. Mientras abro La dama del alba, veo que el río baja con crecida. No hay muchachos en el puente de la poza, estarán en la escuela.


Jesús Arroyo

16 comentarios:

Jesús Arroyo dijo...

Queridas/os amigas/os:
Ha llegado el ecuador de este maravilloso vieje a "las crianzas". Fijaros, son las 13,40h. y ya estoy reposando la comida. He tenido una mañana tranquila, en casa, paseando por la huerta, escribiendo esto (Rabacéiros) y leyendo a un sol maravilloso, seguramente traicionero. Son estos "soles" culpables de posteriores trancazos, pero todo sea por disfrutar.
He dejado aqui este trocito de casa y huerta.
Besos a todas/os y, posiblemente, ¡hasta mañana!

El Rincón de Nuke dijo...

Pues yo voy a esperar que nos deleites de nuevo con tus letras.....


Casi puedo trasladarme a todo lo que te rodea mientras te leo.....me encanta.

Gracias Jesús. Besos.

Scarlett Butler dijo...

vaya entradón!! maravilloso!! ha hecho buen día hoy con este solecito. Espero que no te dé fuerte el trancazo, aquí vuestra amiga es traicionera!! un besazo enorme!!

Lucía dijo...

Me ha encantado pasear contigo por esos lugares entrañables.
Qué recuerdos más bonitos nos dejas.
Me alegra que hayas disfrutado tanto.
Besazos miles.

© José A. Socorro-Noray dijo...

Juegas con ventaja al leer al Casona en ese lugar lleno de hortensias. ¡Qué hermosura!
Ten cuidado con la Peregrina.

Un abrazo

PIZARR dijo...

Preciosa crónica de ese campo, ese huerto y esa ganadería tan familiar que hasta tienen nombre.

Y esa lectura en semejante paraje a la fuerza tiene que saber a gloria

Gracia Jesús por esas letras que me dejas cargadas de cariño y de ánimos

Un beso

Jesús Arroyo dijo...

Nuke:
Si, como a mi, te han rozado las hortensias mientras me acompañabas ... ¡yo encantado!
Un beso.

Daysi:
Yo no le llamaría entradón. Creo que no lo es, por no estar, no está ni revisado. Cazado a vuela pluma, según llegó se fué al folio.
Besos cien.

Lucía:
Hoy no será lo mismo ¡seguro! Hay algo de niebla, aunque parece que el sol tendrá fuerza para salir. Además, toca ponerme traje y corbata y eso.. ¡aggg! Las imágenes no llegan de la misma manera.
Besos mil.

Noray:
¿La Peregrina? Deja, deja, que no llegue por estos lares... ni por otros.
Un abrazote.

Pizarr:
Nada que agradecer, ya lo sabes. Si algo hay donde poner las gracias es en esa fuerza que tienes.
Besazos.

Merce dijo...

Qué bonito. Hace tres años pasé un par de noches en un lugar muy parecido al de la foto, y me lo has traído a la memoria. sobre todo cuando por la mañana me asomaba a la puerta a respirar ese aire tan limpio.

Un beso, Jesús

Tesa Medina dijo...

No sabes cómo he disfrutado con este "fresco" con olor a hierba y textura del terciopelo verde del musgo. Y esa huerta tan surtida y el rumor de los maizales y del río.

Cuando te dejas llevar por la nostalgia estás inmenso.

Besos, Chechu, y sigue contando.

Sara dijo...

Estás repleto de energía, de esa energía que te han dado esos prados y esos montes, esa Asturias nuestra tan amada.Se nota que estás pletórico, tu escrito chapó!!!!y cuidadín con el solecito que este mes tiene "R"
Abrazote

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

Querido Jesús:
He de recriminarte porque juegas con ventaja. ¡Cómo puede uno no ser poeta rodeado de toda la poesía que nos narras? Claro está que esta es otra cuestión, hay que saber narrarla y para este menester tú eres un artista.
Me apasiona el verde, le leña en la corralada, las casas de madera vieja, los recuerdos de niñez, el sol asturiano, las vacas y hasta su olor a estiércol que bajo mi punto de vista, no existe un perfume mejor para llenarte el espíritu de sentimientos rurales.
Me has hecho disfrutar con tu relato, Jesús, por dos razones, su belleza y el acercamiento a mis años mozos que estuvieron rodeados de estos ambientes rurales en algunos pueblos de Extremadura..
Un abrazo, amigo.

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Buenos días jesisito de mi vida que esta semana os tengo abandonados, a ver si esta tarde me pongo...
No sé cómo me gustas más si de poeta o relatista; eres buenisimo en ambas versiones.
Un besote

Jesús Arroyo dijo...

Merce:
Pues si a ese aire limpio, le acompañas de tostada de hogaza tostadita a fuego de leña o carbón, untada con nata de ordeño del día anterior y azuquitar o miel del lugar... y un buen tazón de café cargadito...
¿Qué? ¿Te reservo una habitación para el próximo puente por alguno de estos pueblines?
Besos.

Tesa:
No, yo no estoy inmenso. Lo inmenso es ete paraje que no puede ser mas natural, aunque estoy viendo cosas por los pueblos grandes que no me gustan un pelo. Pero que se le va a hacer... Ellos lo quiern así.
Un beso.

Sara:
¡Cierto! me refiero al cuidado con este sol, aunque puede pasar lo mismo que con el marisco... Dicen que solo los meses con R, por eso yo, si el colesterol, el ácido úrico y el bolsillo me lo permiten, lo como todo el año, porque de mayo a agosto es caloR y veRano y ellos tienen R.
Besos.

Terly:
La poesía está aquí. Nadie la llama, es tan natural como la hierba y la roca, como estos ríos trucheros de agua cristalina, como los azores y cuervos... Desde estos rincones no hay que buscarla, ¡está!
Por cierto, si quieres te espero. Traete papel y boli.
Un abrazo.

M.Ángeles:
Eso que me has dicho, ummm, es como cuando eras un muchacho y las chicas te decían... ¡eres un buen tipo! Ya la habíamos jodido... jejje. Es una broma.
Que tu, precisamene tú, que narras como nadie, me diga esto...
Gracias.
Besos y abrazos con aroma a hierba mojada ¿Te gusta?

Jesús Arroyo dijo...

Hoy traen a un nuevo protagonista a casa, luego os lo enseño.

Mª Rosa Rodríguez Palomar dijo...

¡Qué bien nos traes esa tierra, y tiene razón Terly cuando dice que juegas con ventaja, el entorno hace mucho para llamar a la inspiración, claro que también hay que saber engarzar las palabras en ese hilo que tiende la musa.

Jesús Arroyo dijo...

Shikilla:
¡Cierto! La tierra sacude tintas.
Besos.