sobre su blanca camisa.
Se ha ido para siempre...
.
Te has ido viejo sin despedidas,
imperdonable evasión,
Llámale, si ves la hora,
egoísmo por tu ausencia.
Has desertado de la monotonía,
de tu banco sombreado,
nadie llamará asesina de camisas
a la morera de tu prensa, de mis risas.
Ahora, tarde ya, me pregunto por tu nombre,
ahora que ni siquiera se ha escuchado
un adiós de mandolina,
la picardía pellizcando la mirada de la chica.
Ni siquiera en el recuerdo muertos de una guerra
narrada con respeto y mirada perdida.
Nadie queda en el banco del paseo
bajo la morera asesina.
imperdonable evasión,
Llámale, si ves la hora,
egoísmo por tu ausencia.
Has desertado de la monotonía,
de tu banco sombreado,
nadie llamará asesina de camisas
a la morera de tu prensa, de mis risas.
Ahora, tarde ya, me pregunto por tu nombre,
ahora que ni siquiera se ha escuchado
un adiós de mandolina,
la picardía pellizcando la mirada de la chica.
Ni siquiera en el recuerdo muertos de una guerra
narrada con respeto y mirada perdida.
Nadie queda en el banco del paseo
bajo la morera asesina.
Jesús Arroyo
copyright Jesús Arroyo ©
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10 comentarios:
Es triste la vida, Jesús. Siempre tenemos que ver partir para siempre...
Un beso.
... Hoy estoy "muy blandita" y me ha calado tu letra triste... qué bien escribes, Jesusito, cada vez mejor.
Nada es eterno, todo acaba y es triste cuando solo nos queda el recuerdo. Un gusto leerte, te dejo un beso, cuidate.
A veces es demasiado tarde para echar de menos.
Un saludo, Jesús.
Sakkarah:
Justo hasta el momento de nuestra partida. Esto es así.
Besazos.
M.Ángeles:
Que colorado me pones, María de los Ángeles Cantalapiedra, jeje, cada vez mas.
Venga, guapa, alegría que ya es veranito.
Un besazo.
Poetiza:
LO malo de esto es que lo único eterno es la muerte, que la cabrita siempre llega. Cachisssss.
Un beso.
Emilio:
Pues sí. Durante veinte primaveras, estas últimas veinte primaveras, Pedro, se sentaba en el mismo banco, le decíamos que lo tenía reservado y sonreía diciendo que el secreto para conseguir ciertas cosas era madrugar. Me enteré de su nombre el día posterior a su fallecimiento. Veinte años de tertulias y no sabía su nombre ¡curioso! Se le conocía por "el Prensa" siempre con su "Marca", su "Razón" y a media semana el "Hola" "para que su esposa le saludara", decía.
Un abrazo.
Todo llega, hasta esa avasión sin despedidas...
Quizás no es el mejor momento para comentar. Muy triste, pero muy bonito.
Besazos miles.
PD: No Chechu, no es el pueblo. Gracias.
Lucía:
Pedro, como todo ser humano, también tenía "su ruido", cosa que ya no volverá a tener. Es para pensárselo.
Besos mil, guapa mía.
Bello poema, muy visual, y algo triste porque habla de la ausencia...
Me inquietó el título por el nombre de mi blog.
Aunque, creo que mis moreras no son asesinas, sino unas benditas que hasta se esperan a que te vayas para no ensuciarte con su fruto.
Besos, poeta
Tesa:
La verdad es que las moreras "tienen algo de malandrinas", pero da gusto estar bajo ellas.
Un beso.
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