viernes, 11 de marzo de 2011

LA CASA


Se ha mantenido la casa erguida;
señora y pura.
Algunos cambios a cuando, por primera vez,
pisé sus honestos suelos
- allí di mis primeros pasos –
El largo corredor, balaustrada encallecida de castaño,
hoy se cierra a la humedad del paraje
- ellos van perdiendo vida –
La calefacción cicatrizó la oquedad de la sala
y ya no supura calor de ganado,
tampoco existe fuego de cocina baja.
No se tumba Pastor bajo la escalera
ni el macho está prendido al hórreo
esperando sobre heno subir a por leña.
La casa está varada en roca, firme,
única raza que nunca se perderá en mi memoria.
Prohibido queda su derribo,
muerto antes de las firmas,
muerto y enterrado.

No os dais cuenta, son siglos de historia,
quizá regalo del tiempo.



Jesús Arroyo
copyright Jesús Arroyo ©

13 comentarios:

Manuel dijo...

Jesús, seguro que fue un lujo "pisar los honestos suelos...".

Es algo que no abunda ahora. La honestidad, me refiero.

Un poema muy evocador.

Luisa Arellano dijo...

Las casas que habitamos se han tatuado en nuestra piel y se han convertido en una parte de nosotros. Son imborrables.

Me gusta como lo dices, Jesús, y lo que evoca.

Besos.

Nelken Rot dijo...

Son regalo como son un legado. Hemos corrido tanto con el capitalismo de producción, el de consumo, el capitalismo en crisis, volveremos a la economía de subsitencia, pero ahí están los horreos, para decirnos que la belleza no se separe de lo funcional, que los hombres y las mujeres cerca de la naturaleza se vive mejor. El valor de las esencias.

Bella infancia Jesús, enhorabuena.

Para ti (Voz)

;-D

© José A. Socorro-Noray dijo...

"La casa está varada en roca, firme,
única raza que nunca se perderá en mi memoria."


Quizás sobre ella construyamos también la memoria.

¡Qué preciosidad!


Un fuerte abrazo.

Paloma Corrales dijo...

¿Se pude plasmar mejor el devenir del tiempo?

"La calefacción cicatrizó la oquedad de la sala
y ya no supura calor de ganado"

Besos, Arroyito.

Ps. dile a Montse que tengo su pendiente... ¿estos rizos míos serán cleptómanos? Ay.

Anónimo dijo...

Que bonito poder expresar ese sentir de aquel forjado tan firme, aquellos rincones auténticos, aquellas paredes flexibles, olores y sonidos puros, secuencias volátiles de gentes que siempre estarán en la mente.
Que orgulloso estaría quien a tu lado hubiera vivido tanto.
Eso es un poema bien Feito!
Abrazinos, Paté.

Mila Aumente dijo...

Jesús, el tiempo es el mayor regalo de la vida. Él te ha hecho escribir un poema de esta gran belleza. Todo va cambiando, pero el recuerdo de cómo fueron las cosas siempre esta presente ahí, en la memoria.

Un beso.

Lembranza dijo...

Cuanta Lembranza noto en tus versos, para los que hemos tenido la suerte de vivir esa vida, es como si nos hubieran hecho un gran regalo. Te salio guapo el poema, si señor. Un abrazo

La Solateras dijo...

Los ojos ciegos, los ojos
ciegos de tanto mirarte
sin verte, Asturias lejana,
hija de mi misma madre.

Pedro Garfias

Jesús Arroyo dijo...

Manuel:
Es un lugar para conocer.
Un abrazo.

Luisa:
A fuego.
Besitos.

Voz:
Lo has dicho; "El valor de las esencias".
Un besito, guapa.

Noray:
Sin duda. Esa roca firme lo soporta todo.
Un abrazote.

Corrales:
Es que la casa sigue en pie...
UN besazo.
PD.Si es que... tu pelo es nido de escondites.

Esther:
No lo escondas, creo que podrías empezar a componer versos y dejar de guardarte los sentimientos.
Para muestra este comentario.
Besitos, hermana.

Mila:
Aferrarse a las cosas detenidas
es ausentarse un poco de la vida.
La vida que es tan corta al parecer...
(Pablito Milanés).
Un besazo.

Lembranza:
Mucha, mucha...
Besos desde el tres.

Ana:
Así es, amiga mía, "hija de mi misma madre"
Besazos, guapa.

Jorge Torres Daudet dijo...

Quede erguida para siempre.
Abrazos.

Jesús Arroyo dijo...

¡Quede! Jorge
¡Quede!

Elsa dijo...

De donde vienes, es imposible olvidar el rostro y el aire y el camino.
Y el hogar, hogar.

Muchos besos.

PD: Sigo disfrutando verso a verso.