miércoles, 20 de abril de 2011

Rosa Jimena, presenta...

Amigas/os:

Estas son las palabras que mi buena amiga Rosa Jimena dijo sobre mi, sobre mi libro, en la presentación de "Contracaminante" (Ayuntamiento de San Fernando de Henares)

Gracias, Rosa.


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Muy buenas tardes.
Antes de nada quiero dar las gracias a Jesús por su valentía al concederme el privilegio de contar conmigo, para presentar su libro aquí, en San Fernando de Henares, el lugar adoptivo en esta etapa adulta de su vida. Y por si fuera poco, precisamente aquí, su primer libro... un logro nada fácil en este complicado mundo de la publicación poética.
CONTRACAMINANTE, que así se llama el libro, contiene cincuenta y tres poemas, que el autor divide en cuatro etapas:
CUESTION DE VERSO y CULPABLE ASTURIAS que son las que inician este recorrido, con tres poemas cada una de ellas y versos tan hermosos como éstos:
“He creído muerto el tiempo que me mata”
“Manos bajo los mandiles esperan a que el sol las seque” éste último de CULPABLE ASTURIAS.
La tercera etapa, es la que da título al libro (CONTRACAMINANTE) y también la más extensa: 36 poemas, donde el autor hace un largo recorrido, arrancando con este verso que invita a seguirle:
“¿Qué sería de este camino, si nada pudiera mezclarse?”
Y llegamos a la cuarta y última etapa: “POR ALGO, POR ALGUIEN”, en la que nos emociona con 10 poemas que, sin duda, forman parte de su deuda con la gente más querida, traspasándonos con estos versos:
“Se te pierden tus rasgos mientras no te sueño”, dedicado a su padre
O aquel que reza a su hija como una lección de vida: “Recuerda que existes…”
Y la declaración de amor a su compañera de siempre, a su mujer, aMontse:
“Sastre he de sentirme al descoser tu cuerpo”.
Pero, si les parece, dejo los poemas a Jesús, que será sin duda alguna, quien mejor transmita la esencia, a través de su propia voz… o a ustedes mismos, a los que sugiero disfrutar a solas, tranquilamente, de su lectura y me centro en el poeta:

Jesús nació en el madrileño barrio de Malasaña, “para irse de niño a una Asturias verdinegra, donde las minas fueron pan y entierro”, como reza una de sus biografías que ya circulan por varios espacios literarios.
Pero deja claro que, aún viviendo en Madrid, siempre pasaba sus vacaciones escolares en Asturias: “nos depositaban allí al acabar el curso en Junio” cuenta con esa sonrisa de niño grande…
A la edad de siete años, su padre pide excedencia en la empresa del INI donde trabajaba en Madrid y con toda su familia, como único equipaje de valor, se marcha a Asturias, donde abre un restaurante en el mismo edificio en el que estaban los antiguos sindicatos. Esto le sirve para entrar en Asturias por donde se debe: viviendo intensamente el momento y sus gentes, a través de la clientela habitual del restaurante: empleados de la Sindical Agraria, mineros de lugares tan representativos de la minería profunda, como Cangas del Narcea y junto a ellos los profesionales que trataban de introducir los nuevos avances tecnológicos en redes eléctricas, telefonía…
Por si fuera poco, justo enfrente se celebraba cada sábado la feria del ganado y desde muy crío vive esa mezcla exquisita del ganadero tradicional con los jóvenes de 20 años que comienzan a imponer sus propias maneras.
Su poema “Sentado en este prado de tejados”, al que acompañan los versos del gran Pedro Garfias, “Asturias, si yo pudiera, si yo supiera cantarte….”,(¿quién no los ha cantado alguna vez?), plasma claramente el momento:
“No poseen antenas ni motores. Y yo, desde este pedazo de tierra conciliadora, alargo la mano deseoso de tocarlos antes de descender al pueblo….”
Así pues Asturias se convierte en el primer “culpable” –como él dice- de esa forma de mirar, que solo poseen los buenos poetas..
Con diez años regresa a Madrid, porque a su padre se le acaba la excedencia y quiere “asegurar el bienestar de los suyos”. Por cercanía a la fábrica de su padre, se instalan en Alcobendas, donde le matriculan en el Colegio Castilla, un colegio privado cuyo nivel nada tiene que ver con el de su cole de Asturias y por ventura “cae en manos” (como dice Jesús) de Don Isidro, el profe de lengua y literatura y el único que supo emocionarle con su asignatura a tal extremo que se convirtió en el segundo culpable –o tal vez primero- de su amor por la literatura. De él cuenta una anécdota que cambiará su vida; verán…
Jesús tiene por entonces 11/12 años y Don Isidro un día les dice: “quiero que escribáis una obra de teatro” para participar en un concurso que organiza el colegio entre los de 6º 7º y 8º (Jesús estaba en 6º),. El premio consiste en representar la obra ganadora al finalizar el curso.
Jesús se pone en marcha y escribe su obra en un “bable-castellano”, utilizando las terminaciones típicas del bable, porque pensó que nadie lo haría así…Y se va tan contento con su obrita bajo el brazo al cole.
Pero da la casualidad de que Don Isidro está de baja y le recoge la obra otra profesora que le dice: “no tienes ni idea de escribir” y lo tira a la basura… Imaginad el golpe que algo así puede producir en las ilusiones de un niño de esa edad, que comienza a sentir que la literatura es algo importante en su vida…
Pero el destino nunca perdona y al día siguiente se incorpora su profe y no se sabe de qué manera lo rescata de la basura y lo presenta al concurso.
Jesús gana el primer premio y al finalizar el año, su obra se representa.
A partir de ese momento se vuelca en la literatura, con el apoyo de Don Isidro y su padre, quien a petición del profesor, comienza a comprarle libros de una colección de clásicos de fácil lectura, por su limitado número de páginas.. Así comienza leyendo un Quijote de 12 páginas y “se va enganchando” al comprobar que es capaz de hacer con cierta facilidad, trabajos relacionados con grandes autores como Pérez Galdós o Fernando de Rojas.
A los catorce años, fallece su padre y deja de escribir, no se sabe si por rebeldía o por dolor:
“Se me pierden los rasgos mientras te sueño”.
Este escalofriante y hermoso verso cobra sentido cuando el autor cuenta que la muerte de su padre le hace entender perfectamente lo qué debe hacer con su vida y decide, por su cuenta, irse a un colegio interno.
Pasados un par de años y con ellos parte de su dolor, Jesús vuelve a escribir —esta vez la excusa es el amor— y así sigue durante 8 años, momento en el que su incorporación al mundo laboral y sus jornadas de dieciocho horas, hacen imposible compatibilizarlo y deja de “acompañar a esa soledad de los poetas”, uno de los versos del poema :“Me preguntas por qué escribo” que tan bien define sus distintas etapas.
Y no vuelve hasta que aparece esa otra figura importante en su vida, que le lleva a escribir de nuevo: la fibromialgia, de la que él habla sin tapujos; esa enfermedad que no todo el mundo es capaz de entender, pero a la que Jesús busca una razón para congraciarse con ella:
“Si no hubiera estado de baja siete años, posiblemente el libro no existiría…. Vosotros no existiríais” dice…
Llegando a ese sentimiento de amor-odio tan presente en las grandes pasiones, que deja sentir en sus versos:
“Cuando el dolor encoge la noche…
es cuando se eleva la locura hasta cimas inhumanas…
Luego la soledad del alivio…
Lloras con la triste sonrisa de otra batalla vencida…”
Existiríamos mi querido Jesús y también tu libro, porque la belleza de tus versos no habrían podido resistir la tentación de ser compartidos. O si no, como dijo alguien “ tendrían que inventarte”.
No me extiendo más, porque ahora lo importante es que escuchen a Jesús Arroyo… Solo una petición:
Si alguna vez, alguno de ustedes se cruza con un profesor con cara de sabio; pregúntele cómo se llama y si él responde: “Don Isidro”, así sin apellido y como toda seña vean que le falta una falange de algún dedo, por favor; denle las gracias en nombre de todos los que amamos la literatura, por haber rescatado de la basura a un gran poeta.

Muchas gracias

18 comentarios:

Jesús Arroyo dijo...

Amigas/os:
En las últimas semanas tengo todo esto (y a vosotros) pelín abandonado. Pido disculpas por ello. El tiempo... Me falta tiempo, me faltan ganas, me faltan cosas y me sobran otras.
Os dejo las palabras de Rosa Jimena en esta entrada y, sin duda, volveré pronto. Ahora necesito tiempo, ganas y esas otras cosas.
Besitos y abrazos de vuestro amigo.

Rosa dijo...

Mi querido Jesús, gracias por dejarme compartir un trocito de este momento tan hermoso.

Gracias por ser mi amigo e incluso por abandonarnos un rato para volver a existir junto a tu poesía de forma aún mas intensa, si cabe.

Ya sabes que te quiero, te admiro y por tanto, te espero.

Un abrazo enorme... como tú

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

Espléndida la presentación que de ti hace Rosa Jimena y mi agradecimiento por hacer que los amigos te conozcamos un poco mejor y a Don Isidro por rescatarte para las letras permitiendo que los que las amamos podamos disfrutar ahora de tus bellos poemas.
Espero verte en Valladolid, me gustaría que me trajeras un ejemplar de tu libro dedicado. El libro lo pagaré en moneda efectiva y la dedicatoria con un abrazo.

Manuel dijo...

Fue para no perderselo... Así que ambos me debéis una, ¿eh?.

Un abrazo, Jesús, con muchas ganas de verte.

Laura Caro Pardo dijo...

Estuvisteis estupendos los dos, cada uno en la parte que le tocaba.
Me encantó poder estar con vosotros.
Felicidades.
Nos vemos en mayo.

Elsa dijo...

Besitos, Jesús...¡ay de las que faltan y de las que sobran!.

Felicidades, por las que no te sobran.

Elvira Daudet dijo...

Preciosa presentación, Rosa, sencilla y llena de cariño como eres tú.

Gracias Jesús por haberla publicado y permitirnos, a cuantos no pudimos asistir y acomañaros, recuperar las conmovedoras palabras de nuestra querida y guapísima poeta. Felicidades a los dos y mil besos para compartir.
Elvira

Eusebio Gómez dijo...

Bonitas palabras para una bonita tarde de poesía, Jesús.
Gracias a los dos.

Un fuerte abrazo, compañero.

Enrique Gracia Trinidad dijo...

¡Quién hubiera podido acompañarte!
Un lujo de presentación y seguramente un lujo de lectura. Leeremos ya que no estuvimos para oirte.
Mi mejor abrazo.

Nelken Rot dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Nelken Rot dijo...

Muchas gracias por dejarnos saborear aquella velada en San Fernando, intensa y bella como vosotros dos.

La literatura germina por todas partes y eso es muy buena señal: si Montse y Jesús coinciden en presentar libros, es porque, aunque se diga que estamos en crisis, existen los ricos de espíritu, maestros del lápiz y el teclado.

La palabra escrita no está en crisis sino al contrario, y me alegra que vayáis sembrando tardes de literatura.

En cuanto a las ganas, mi querido Jesús, una buena sidra y un buen programa de radio seguro que te levantan el ánimo.

Muchos aupales y mis más sinceras felicitaciones.

un abrazo a los dos

Voz

Lembranza dijo...

Fue precioso, muy emotivo. Enhorabuena Jesús, mi deseo es que "CONTRACAMINANTE" sea el primero de muchos. Un abrazo

Jorge Torres Daudet dijo...

A ambos felicitaciones. Entrañable presentación para un gran amigo y poeta.
Abrazos.

M dijo...

Felicidades a los dos.

Besos.

Mila Aumente dijo...

Soy la del mini-comentario anterior. (No sé por qué no ha salido el nombre).

Alejandro Pérez García dijo...

Reitero mi enhorabuena, Jesús, por tu libro y, hoy especialmente, por tener una amiga que te presenta así, con esa naturalidad y ese sentimiento tan lleno de afecto.

Y felicito a Rosa por esa magistral biografía del autor, que en sus palabras quedó presentado en el mundo editorial para todos los siglos venideros.

Abrazos, besos.

Alex

Emilio dijo...

Toda una declaración de vida esta espléndida presentación.

Abrazos a los dos.

Jesús Arroyo dijo...

Amadas amigas, queridos amigos:
Gracias por tanto cariño.
A Rosa Jimena, abracito especial.