miércoles, 30 de enero de 2013

La Lirios (nota del autor)


Queridas/os lectoras/es:
En fechas pasadas, en una conversación de tono poco amable (por su parte) con la persona que ocupó un maravilloso e irrepetible lugar en mi vida, escuché que los relatos de la Lirios estaban haciendo mucho daño a mi hija. Durante este tiempo y sin entender motivos de “ese daño” he meditado que hacer con ellos y aunque el libro está en manos de la editorial, he tomado la decisión de no continuar con su difusión a través de este medio que es internet.
 
No entraré en detalles de si me creo dicha versión o no, de si esto, a quien hace pupa verdaderamente, es a un tipo de lectoras/es de coco poco imaginativo o no, de si tanto parecido con la realidad es pura realidad para algunas/os y no imaginación, etc. Al fin y al cabo, los que conocen a la perfección la historia de la Lirios, son ella y Mecenas.
Por lo tanto, ante una ínfima posibilidad de dañar a mi hija y sintiéndolo por vosotras/os lectoras/es… hasta aquí ha llegado “vuestra diablesa”.
Besos y abrazos.
Jesús Arroyo
PD. Y ante las dudas de algunas sobre el significado de lirio y según el diccionario la RAE… “Planta herbácea, vivaz, de la familia de las Iridáceas, con hojas radicales, erguidas, ensiformes, duras, envainadoras y de tres a cuatro decímetros de largo, tallo central ramoso, de cinco a seis decímetros de altura, flores terminales grandes, de seis pétalos azules o morados y a veces blancos, fruto capsular con muchas semillas, y rizoma rastrero y nudoso.
Incluso, tiene nombre propio de mujer y cuenta la biblia, en su libro del profeta Daniel, que dicha hembra fue acusada de adulterio.
Si es que... ¡no se puede!

4 comentarios:

Manuel dijo...

Querido Jesús: Vaya por delante mi lamento por la privación de tus sabrosos relatos sobre la Lirios. Y mi admiración profunda por la generosidad que has demostrado al dejar de publicar en tu blog estos capítulos, dada la hipotética razón que nos das.

Y algo más: ojalá esa persona que mencionas sin nombrar, con sumo respeto, lea este comentario.

Si algo tengo claro es que jamás, jamás, debe usarse a los hijos como arma arrojadiza en los conflictos de las parejas. Muy al contrario, pienso que la pareja que deja de convivir debe luchar con ahínco, con suma generosidad, para que los hijos sientan que, con la separación, no pierden a ninguno de los dos progenitores. Si una separación, inevitable y conveniente cuando la base de la convivencia (el amor) ha desaparecido, es dolorosa para todas las partes, el tiempo siguiente no debe constituirse en un atrincheramiento en el propio dolor, en un reclutamiento de adeptos a cualquiera de las dos personas separadas para constituir un frente contra la otra. Y, desde luego, jamás debe buscarse que los hijos se alineen en favor de uno de los progenitores, en contra del otro.

El equilibrio adulto, el amor a los hijos, la grandeza y la generosidad como persona, se demuestran, precisamente, impulsando y favoreciendo la convivencia armoniosa de los hijos con padre o madre, sea quien sea el que haya abandonado el hogar familiar. Desatender la sensibilidad y el dolor natural de los jóvenes en estas situaciones, haciendo drama del propio dolor, esgrimiendo el orgullo herido por encima de cualquier otra razón más digna y humana, solo empobrece a quienes adoptan este tipo de conductas. La figura mitológica de “el padre” (sin género) debe ser protegida siempre por el bien de los hijos.

En fin, querido amigo, no te ocupo más espacio porque supongo que muchos amigos vendrán a hacerte compañía. Esperaremos a leer más sobre La Lirios en papel impreso.

Un abrazo.

La Solateras dijo...

Querido Jesús,

Suscribo todas y cada una de las palabras de Manuel. Cualquier cosa menos el chantaje emocional. Pero no quiero entrar en cosas que son más para hablarlas con un par de gin-tonics que para escribir aqui. Sólo decirte que espero que la Lirio y toda tu obra vuele libre, sin lastre en sus alas. La vida es una cosa y la literatura otra; aunque aquélla sea la fuente de ésta, la obra literaria es un ente independiente. Un abrazo y mucho ánimo para ti y para la Lirio.

Esther dijo...

Completamente de acuerdo con todas y cada una de las palabras de Manuel.
A lo que yo añadiría que por parte de los progenitores debería ser primordial, alabar delante del hijo, todos y cada uno de los valores que de la otra persona en su día hicieron vivir buenos momentos, ya que los sucesores basarían sus buenas raices en lo positivo.
Lo negativo es cuestión de pareja y nunca de hijos, por lo que el amor para con ellos es un tema completamente independiente y enriquecedor para los descendientes, si nos importan.
En cuanto a la obra literaria, ya nos indicarás el camino para leerla.
En fin, es tan solo mi opinión, el tiempo y la madurez nos enseña a poner las cosas en su lugar.
Besotes.

Anusky66 dijo...

sorprendida ante lo que leo ,aunque a estas alturas ya no se de que me sorprendo ante determinados temas .

lo que realmente te quería decir es que espero poder disfrutar algún día en papel las historias de La Lirios y desearos suerte a ambos , personaje y autor .
Un besazo